“Una muerte imperfecta” de J.J. Fernández.
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FERNÁNDEZ, J.J.: “Una muerte imperfecta”.
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Una novela sorprendente. Bien escrita, mejor estructurada, con una protagonista, Megan, invadida por preguntas que no tienen respuesta.
En palabras de una personalidad dañada, como es el estado de Megan: “A veces sales buscando la verdad sin darte cuenta que la verdad está más cerca de lo que crees”.
“Una muerte imperfecta” es una novela de ritmo ágil, certero, lleno de suspense y con giros que no te esperas.
J.J. Fernández ha sido un grato descubrimiento para mí.
Megan es una joven mujer con menopausia prematura, con frecuentes ausencias de su marido, Tom, por cuestiones laborales. Siete meses antes perdieron un bebé, llegándoles a marcar muy profundamente.
La madre de Megan falleció, su padre afectado por la enfermedad de Alzhéimer, se encuentra desde hace un año en una residencia. Con su hermana Katherine la relación es prácticamente nula.
Megan prepara un viaje de Brighton a Edimburgo para realizar una entrevista de trabajo. Pero el viaje tendrá que esperar. La policía -el oficial Jones y el agente Reed-, llaman a su puerta.
Su tío Paddy, Patrick Grady de 64 años, hermano de su madre, cuidó de ellas y su hermana Katherine, cuando el padre se ausentaba por trabajo largo tiempo. Lo encuentran muerto dentro de su coche.
La historia se desarrolla en 7 días de enero de 2006, con ritmo frenético y cuchillo afilado para llegar a la verdad.
Megan es una mujer torturada, obsesionada por descubrir la verdad. Un personaje muy potente.
“Era más fuerte el deseo de tapar la traición, que la de aceptar la verdad. Un acto de supervivencia”.
Es la segunda novela, de diferentes autores, que al leerla la veo plasmada en la gran pantalla, creo que sería un éxito.
Ahora me hallo inmersa en la lectura del primer libro “Crimen invisible” de la serie: “Crímenes imperceptibles” del mismo autor, J.J. Fernández. Y de nuevo estoy enganchada.
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Índice de críticas literarias.
Elena Fercun
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