“Desaparecida en Siboney” de Rosario Raro.
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RARO, Rosario: “Desaparecida en Siboney”.
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Como hasta ahora, con Rosario Raro y sus apasionantes novelas, es apostar seguro con su lectura.
“Desparecida en Siboney” se desarrolla en un espacio temporal a finales del siglo XIX (1875) en la hacienda Nuestra Señora de las Mercedes en Santiago, Cuba.
El tema de esta novela es la esclavitud, violencia y crueldad con seres humanos que son considerados menos que animales.
En 1837, se proyecta el fin de la esclavitud, pero sigue en las colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas, así como, en las islas adyacentes y territorios africanos.
Hay que esperar a 1880 para el fin del régimen de esclavitud en Cuba.
La narración de Rosario Raro enlaza con la historia ocurrida en la “Isla del diamante” en Martinica, y recibe este nombre por el brillo del basalto.
Es una isla pequeña y deshabitada, donde el recuerdo del hundimiento de un barco con 300 esclavos a bordo permanece presente.
Quince descomunales esculturas de hombres conmemoran esta tragedia frente al mar del Caribe. Con una inscripción que dice: “La libertad no puede comprarse ni venderse, y nadie puede concedérnosla, porque es nuestra”.
Como dice Honore de Balzac: “Detrás de toda gran fortuna, siempre hay un crimen”.
Rosario Raro construye unos personajes poderosos que llegan a sorprendernos para bien y para mal.
El ser humano puede llegar a ser muy cruel por dinero, para ocultar errores cometidos bajo sus órdenes…
Personajes que nos dibujan una abanico muy amplio: esclavistas, esclavos, militares, políticos, videntes, esposas, hijos biológicos…
Manón, una esclava liberada, dice: “Al igual que quien no sabe gestionar su dinero se arruina; quien tampoco sabe manejar otras facetas de su vida, acaba aniquilado por el resultado de sus malas decisiones”.
“Desaparecida en Siboney” es una novela muy dura por la situación real de la esclavitud.
La autora relata el tema con delicadeza, en lo que se puede, y con un pequeño rayo de esperanza.
Engancha desde la primera página y te encoje el corazón.
Gracias, Rosario.
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Índice de críticas literarias.
Elena Fercun
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