“La lista de los nombres olvidados” de Kristin Harmel.
HARMEL, Kristin: “La lista de los nombres olvidados”. Ediciones Martínez Roca, 2013. Narrativa Histórica, 409 páginas.
La autora nos narra una bella historia de amor truncada por la Segunda Guerra Mundial, 1939-45.
La novela tiene una estructura muy original, introduce cada capítulo con los ingredientes y el modo de hacer repostería, porque es este oficio el legado familiar. Y va a ser la repostería, en situaciones importantes de la vida de los personajes, el hilo conductor que dará pistas para hallar acontecimientos olvidados pertenecientes a la historia ignorada.
Como dice Kristin Harmel, en boca de su protagonista: “Para hacer dulces, hay que ser bueno y amable, porque siempre se pone el corazón”.
Los personajes conforman cuatro generaciones (abuela, hija, nieta y bisnieta), cada una de ellas cumple un papel fundamental en la narración, se trata de un puzzle donde ninguna pieza sobra, y al final todo ajusta a la perfección.
El origen y parte de la vida de la abuela Rose, es desconocido por sus descendientes.
Se trata de una narración muy emotiva que nos enseña que en la vida siempre hay que mirar hacia delante, únicamente miraremos atrás para coger impulso y continuar. Podemos cambiar el futuro, no el pasado.
Kristin Karmel nos relata una parte de la historia contemporánea, la II Guerra Mundial. Habla del antisemitismo, el Holocausto, la Shoah. Nos habla del horror, de la crueldad y sin razón que vivieron los judíos.
Os transcribo un párrafo que ha llamado mucho mi atención: “Muchos de los supervivientes de la Shoah se casaron y trataron de tener hijos enseguida, incluso los desnutridos y sin dinero, para crear vida donde todo era muerte. Para volver a formar parte de una familia después de haber perdido a sus seres queridos”.
¡Qué esperanza!, ¡qué capacidad de levantarse!, de mirar hacia delante, de recuperar lo perdido -la familia-.
Otra frase que quiero resaltar: “Siempre necesitamos que nos quieran”. A los judíos y más seres humanos, no se les quiso entonces, pero lamentablemente, hoy, tampoco se quiere a los refugiados. Seres humanos que huyen de situaciones dramáticas. ¿Qué estamos haciendo el resto de los países por evitar el sufrimiento, enfermedad y muerte de los refugiados?… Mirar para otro lado, el deporte internacional. Yo no veo excesivas diferencias con los nazis… ¿y vosotros?.